Llegué a Cohyaique ¡uf! , ¡lo conseguí!, ¡costó pero llegué!
Desde que salí de Villa O´Higgins he recorrido unos 571 km , distancias oficiales , de los cuales 125 fueron en camioneta , unos 450 pedaleando. Como últimos 100 fueron pavimentados me salen más de 350 , pero muy abundantes los que entran en el más , de rípio. Siempre se hacen unos pocos kilómetros de más todos los días que los que marcan las distancias oficiales. No es que estas estén mal , es que se ruedan más kilómetros.
Esta distancia en Europa podría hacerla en una semana. En el viaje por Portugal hice 2.028 km en 20 días de viaje , de los cuales 18 fueron de viaje en bici , 1 de descanso , y el siguiente de competición. Corrí un duatlón de montaña en la Sierra de la Cabrera , Tabullo del Monte , La Bañeza , León. Cuando leo de algún ciclo-viajero que recorre 200 km diarios brota de mi interior una reflexión muy primarias e inocente … ¿o muy honesto , o muy inútil soy?
He invertido 32 días en llegar a Cohyaique , en recorrer los 571 kms , de los cuales 125 los hice en 2 horas , en camioneta. La media diaria en las etapas “todo rípio” ha sido de unos a unos 11 km/hora , y unos 50 km diarios , lo dicho … ¿o muy honesto o muy inútil soy?
No estoy acostumbrado a que la ruta me marque mi ritmo de tal manera , y cuando digo ruta me refiero al pavimento , o a la falta de él. Esto a nivel sicológico me fue minando. En todos los sitios por donde he viajado eran las subidas las que me marcaban el ritmo , la velocidad media que es la realmente importante , pero el pavimento jamás lo ha hecho hasta llegar a Patagonia. En las subidas no ralentiza demasiado , si en el llano , pero los pocos momentos de placer que proporciona la tan ansiada velocidad cuando se viaja en bici , eran sencillamente inexistentes. Las bajadas en las que me podría relajar y alcanzar velocidades cercanas a los 70 km/hora , no podía pasar de 30 … ¡tenía que bajar frenando! , sino seguro que me cargo el equipaje.
Esta situación sicológica motivó que me plantease salir de allí cuanto antes , y la única manera que me pareció razonable fue llegar a Cohyaique lo antes posible. Focalicé en mi atención el llegar a Coyhaique , y casi no presté atención a nada más. Como cuando se corre la marathón en un Ironman , sin mirar a los lados , solo mirando al frente. Sin escuchar los bellos cantos de sirena que invitan a pararse a caminar , y los más melodiosos aún , que insinúan el cese del dolor mediante la retirada.
Otra cosa por la que tenía la sensación de terminar una etapa , es que en Coyhaique se terminaba mi segundo mapa patagónico escala 1:1.000.000 Lo traigo ya desde el año pasado , y ya no tengo mapa. Aquí se terminó. Espero conseguir algo en la capital , pero … ¿Quién sabe? Solo tengo lo que tenéis unas entradas más abajo (ENLACE PARA VERLO) , que bueno , si es un mapa , pero no con abundante información cartográfica. Realmente más que una necesidad , es una cuestión de curiosidad , cultura general , o capricho , pues no hay posibilidad de perdida … ¡solo hay una carretera! ¡como no me equivoque de sentido!
Cuando estoy entrenando en serio , viajar en bici no lo es , la primera actividad mañanera es tomarme las pulsaciones en reposo , y el peso. No niego que pueda estar un poco obsesionado con el peso , pero como con casi todo lo mío , no es por lo que podría parecer. No es por la silueta , ni tan poco por el rendimiento deportivo. No , no es eso , es bastante más serio.
Hace treinta años que mantengo una partida con la bipolaridad. El resultado es incierto , y la mayor parte de las veces se mide en parámetros subjetivos , pero hay una parte que no , que se mide en unidades cuantificables y exactas , unidades de peso. Mi peso salud es entorno a los 80 kilos , bastante para medir 180 cm. Mi peso forma-competición es por debajo de los 80. Cuando fuí a Asturias a correr la carrera de Picos llegué , a ver en la báscula la semana previa 76 kilos.
Cuando me puse malo en Turquía , y tuve que volverme por “pies” , (ENLACE PARA VERLO Y LEERLO) a la vuelta cogí 20 kilos , de los cuales con una relativa rapidez baje 10. Luego estuve haciendo “la goma” , para arriba y para abajo. Aún veo , aparte de que lo siento , que la bipo me lleva 10 kilos de ventaja. Me los metió hace dos años y aún no le he podido empatar , por desgracia es a lo único que puedo aspirar , y aún así me cuesta … ¡SOLO PUEDO EMPATAR!
Obviamente no viajo con una báscula , pero tampoco renuncio a cuantificar el peso , y la pérdida del mismo. Viajo con una cinta métrica , si de esas que usan los sastres. Hoy he visto 100 cm a la altura del ombligo , he bajado unos centímetros , pero no es tan bueno como parece. La bipo me hace tantos con más facilidad que yo los empato. Estamos jugando al gato y al ratón … ELLA ES EL GATO , YO EL RATÓN
A pocos y a pocos , los kilómetros son menos pocos. Parece que no me muevo pero ya llevo casi 500 km en bici desde que salí de El Chaltén. Pero lo realmente importante es que estoy aquí , en Coyhaique , que es el único sitio conocido por mí en el que se puede poner la bici al día … ¡si no soluciono lo de la bolsa de fotografía , el viaje revienta! … ¡seguro!
Si no todo , si la mayor parte del viaje gira en torno al reportaje fotográfico. Si tengo problemas con alguna parte de mi equipo , puedo continuar o no. Si los problemas condicionan el reportaje antes los soluciono. Fofografiar antes que pedalear. ¡seguro!
Podéis ver en el siguiente enlace (ENLACE) que el único error que cometí , y del cual aun tengo recuerdo , no afectó al equipo fotográfico , lo mantuve bien a salvo. El error fue pasar este puente con un alto nivel de estrés físico y mucho mayor mental. (ENLACE PARA LEERLO , NO TIENE DESPERDICIO)
En este sentido Coyhaique no me decepcionó. Lo mejor que encontré fue lo que más necesitaba … ¡la bicicletería!
Como último escribo literalmente parte de lo que anoté en mi diario ese día. “Es Navidad y todo esta cerrado , a pesar de que ayer me dijeron “abrimos a las doce” Demás esta decir que uno que entró detrás de mí en el restaurante terminó antes de que me sirvieran a mi” “Sin cenar en la calle , sin comida en el bar , ¡que país! Cené en casa , dormí en cama.
EL ÉXITO COYHAIQUE: Lo mejor que me ocurrió en Coyhaique ocurrió entre estas cuatro paredes y con esta gente. Ella era la jefa de la bicicletería , o esas maneras apuntaba , el del bigote el “maestro bicicletero” , y el otro , el que suscribe.
1/ Arreglaron el cambio trasero. La palanca se rompió y hubo suerte , pudo acoplar una de un modelo diferente , con solo una palanca y por encima del manillar , no tenía como la original XT , con los dos pulsadores por debajo. Aunque me gusta el sistema mono-palanca por encima , en este caso iba mejor el original , este era demasiado largo , duro , e incómodo de usar , pero … ¡salí más contento que unas castañuelas! ¡aguanto sin problemas hasta Mahón!
2/ Se hicieron una serie de mejoras , como terminar de adaptar los calapiés a mi anatomia. No me gusta viajar con automáticos , nunca los usé para viajar , pero los calapies no me dan ningún problema , soy de la vieja escuela. Empecé a pedalear en 1982 , y mis primeros automáticos no los estrené hasta 1994. Tuve que comprar un cuadro para ir al Ironman de Lanzarote. Mi bici anterior ya tenía más de 10 años y rompió por segunda vez. Decidí renovarlo todo y bici entera. Dí de un golpe un salto tecnológico tremendo , pedales automáticos , y manetas integradas ... ¡valla cambio! La Mendiz Oria 7020 salió rana … ¡rompió tres veces! Menos mal que el de Ciclos Pin se enrolló y me proporcionó un cuadro de acero a precio de costo. Manolín de Ciclos Pin siempre se portó muy bien conmigo , simplemente por que siempre cumplió su palabra … ¡que tiempos vivimos! , ¡hasta cumplir la palabra hay que agradecer!
3/ Se pusieron unos pernos que se cayeron para sujetar el plato de plástico que protege las piernas de la cadena. Esto siempre me pareció una “globerada” cuando lo veía en otras bicis pero … ¡que bien pensado esta para viajar en bici!
4/ Se puso otro perno en el porta bultos trasero que también se calló y se perdió.
5/ Hubo que sacar el perno de la pata de cabra. Otra vez se rompió el tornillo , pero ya me aprendí la lección y los dejé saliendo por el otro lado , para poder “cogerlos” por allí.
6/ He dejado para el final la joya de la reparación. Hace día que ya llegué a la conclusión que , el único medio fiable para llevar con garantías de no andar cada dos por tres con problemas de transporte con la bolsa de fotografía , es ponerle a la bici un portabultos delantero. La bici no lo trae de serie. Trae dos eses para llevar las alforjas , pero no tiene parrilla superior , con lo cual la bolsa solo cuelga del manillar , no apoya el peso en ningún otro sitio. La solución al problema pasa por ahí , que todo su peso descanse en un sitio fiable , para que no balance. Téngase en cuenta que la bolsa pesa unos 6-7 kilos.
Dejando al margen consideraciones estéticas referidas al color …¡quedó de vicio! , ¡no volví atener problemas con la citada bolsa!
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